jueves, 24 de febrero de 2011

¿Qué te pasa, Clarín?

No se inquieten: no me volví kirchnerista. ;-) Me refiero a que ayer, por primera vez, el principal diario de la Argentina publicó un artículo favorable al así llamado Diseño Inteligente, última encarnación del creacionismo norteamericano. El panfleto, firmado por un tal Juan Manuel Torres de quien Google nos dice que es profesor de filosofía y epistemología de la Universidad Nacional de Cuyo, pretende convencernos de que el DI es una alternativa científica válida a la Teoría de la Evolución (también llamada Teoría Sintética) pero está tan lleno de falsedades, errores, verdades a medias y chicanas baratas que no resiste el menor análisis. Veamos:

Qué enseñar sobre el origen de la vida y sus variadas formas? ¿El Génesis o la teoría de la evolución? Este debate apareció en los albores del siglo XX, con especial ímpetu en los países donde las religiones hacían una interpretación textual de la Biblia. Luego de extensas discusiones, la secularización de la cultura científica y la tendencia a separar religión y Estado ganaron la batalla : se debe -y sólo se puede- enseñar la teoría evolutiva, especialmente la darwiniana.

Para mediados del pasado siglo, ésta se había consolidado con el nombre de Moderna Síntesis –simbiosis de los aportes de Ch. Darwin y G. Mendel-. El triunfo del darwinismo aparecía por entonces definitivo y el estigma de superchería caía sobre quien se apartaba de él Medios como USA Today, Newsweek, New York Times, Time testimonian hoy otra lucha del darwinismo , pero ya no se trata de enfrentar al creacionismo religioso.

La doctrina del diseño inteligente (DDI) es ahora su rival . Ya por ignorancia, ya con aviesas intenciones, la DDI es acusada de neo-creacionismo religioso .
Primera patinada: en lugar de demostrar con evidencias por qué la acusación de neo-creacionismo es infundada, opta por descalificar a quienes hacen dicha acusación de ignorantes y malintencionados. Cualquiera que esté medianamente familiarizado con la lógica informal sabe que esto se llama Argumentum Ad Hominem y es un razonamiento inválido o falacia.

No cabe ninguna duda de que el DI es creacionismo. Ambos rechazan el naturalismo, niegan la evolución y creen en la aparición abrupta de formas de vida, para no mencionar que la inmensa mayoría de sus seguidores son cristianos evangélicos e identifican al "diseñador" con el dios de la Biblia.
Pero ésta se funda sobre sólidos avances en física, bioquímica y biología molecular,
Esto es totalmente falso. Ninguno de los avances en estas disciplinas está ni siquiera cerca de apoyar la hipótesis pseudocientífica del DI, muchísimo menos de refutar la Teoría Sintética. Nótese como Torres omite muy convenientemente mencionar cuáles son estos supuestos "avances".
Para una proteína con una secuencia de 100 componentes (una cantidad baja), su probabilidad de formación azarosa es 1 en 1065 y piénsese que una forma muy primitiva de vida involucra no menos de 250 proteínas.
Acá Torres cae en la falacia del Hombre de Paja ya que en ningún momento la Teoría Sintética dice que las proteínas se formaron por azar. O no entiende lo que significa la evolución, o es muy deshonesto.
Ahora sabemos que la célula es una estructura tan complicada que nuestras más sofisticadas computadoras son a su lado sencillos mecanismos. ¿Cuál es el origen de esta fantástica complejidad? La falta de respuestas convincentes lleva a muchos a emigrar del darwinismo y su hipótesis de la aparición de las especies por azar y selección natural.
Siguen las mentiras y exageraciones. Esos "muchos" que según Torres abandonaron la evolución alcanzan apenas el 0.15% de los científicos relevantes en los Estados Unidos (un país que tiene más creacionistas que cualquier otro) según una encuesta de Gallup. En otros países, el porcentaje es aún más irrisorio.
Las cosas son ahora diferentes: el darwinismo se encuentra doblemente jaqueado : por teorías alternativas, como las lideradas por L. Margulis o S. Kaufmann, y por los difíciles desafíos matemáticos de la DDI.
Lynn Margulis no postuló una "teoría alternativa": lo que postuló fue una teoría de evolución de la célula eucariota a partir de la simbiosis de varios organismos procariotas, que complementa, más que refuta, a la Teoría Sintética.

Los trabajos de Stuart Kauffman (nótese la falta de ortografía en el original) son interesantes pero en ningún momento refutan ni "jaquean" a la Teoría Sintética. Lo que Kauffman dijo en su libro "The Origins of Order" es que Darwin sólo conocía parte de la verdad, lo cual es cierto y ya lo sabíamos. Que existan otros procesos evolutivos como los que él postula no implica que la selección natural sea falsa.

En cuanto a los "difíciles desafíos matemáticos", éstos ya han sido respondidos innumerables veces, por ejemplo, acá está la refutación a un paper del teólogo y matemático William Dembski (una de las figuras más prominentes del DI) sobre la inexistente "Ley de conservación de la información" a cargo de otro matemático.

Ésta última aún no ha arribado a la Argentina.

¿Estaremos preparados para la discusión cuando eso suceda? Es esta una controversia sobre la naturaleza de las teorías científicas y, por tanto, esencialmente filosófica
No existe tal controversia. El DI no es una disciplina científica.

La disputa está en su punto más alto y aunque provoca terremotos en la comunidad científica, conducida por la honesta búsqueda de la verdad, ennoblece el diálogo y sirve a la elucidación de nuestras grandes incógnitas.
Ni "la disputa está en su punto más alto" ni "provoca terremotos en la comunidad científica". En la comunidad científica no existe ninguna controversia acerca de la validez de la evolución. La controversia es religiosa, política e ideológica, no científica. La Teoría Sintética no tiene problemas serios. Los supuestos "problemas" no son sino preguntas abiertas sobre mecanismos, detalles o puntos específicos de la evolución. Existen, y seguramente existirán siempre, preguntas sin resolver en todos los campos de la ciencia. y la evolución no tiene por qué ser exceptuada.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Largada

Hola a todos. Mi nombre es Ernesto y soy consultor y programador. Finalmente me decidí, después de muchas idas y vueltas a crear mi propio blog. En él volcaré mis reflexiones sobre varios temas de mi interés, siempre dentro de una cosmovisión naturalista y escéptica. Lista de temas (no excluyente): evolución, ciencia, tecnología, escepticismo, laicismo, separación iglesia-estado, filosofía, epistemología, religión, política nacional e internacional, cultura, arte, cine, literatura, música, informática e Internet.

El título del blog merece una aclaración. En 2009, año en el que se cumplieron 200 años del nacimiento del famoso naturalista británico Charles Darwin y 150 años de la publicación de su obra cumbre El origen de las especies, la periodísta científica Valeria Román publicó un libro titulado Darwin 2.0: La Teoría de la Evolución en el siglo XXI y lo comentó en su excelente blog (hosteado en el sitio de Clarín) Ensayo y Error. Como era de esperarse, hordas de creacionistas, chupacirios y lunáticos de toda laya invadieron el blog y lo inundaron con sus burradas. Desde amenazas con el Fuego Eterno del Infierno hasta "demostraciones" de por qué la selección natural no puede explicar la complejidad existente en la biosfera terrestre, se vio de todo. Siendo el desquiciado obsesivo-compulsivo que soy, y considerando que Clarín es uno de los medios más leídos del país, no podía dejar que semejantes impresentables se quedaran con la última palabra, así que me dediqué a refutar sus absurdas afirmaciones. Una de las comentaristas del blog se admiró de mi tenacidad y sugirió a Valeria que me regale un ejemplar de su libro como premio por debatir con los creacionistas tan incansablemente, a lo que su autora accedió. Así fue como además del libro me gané una modesta reputación entre los seguidores del blog, como defensor de Darwin y su teoría ante los ataques. Históricamente, otros defensores muchísimo más tenaces, efectivos y capacitados que yo se apodaron a sí mismos como "perros guardianes" de Darwin: Así tenemos a Thomas Huxley, "El bulldog de Darwin"; a Richard Dawkins, "El Rottweiller de Darwin" y a Eugenie Scott, "La Golden Retriever de Darwin". Decidido a continuar con tan ilustre y simpática tradición, elegí una raza más acorde con mi contextura física para titular mi blog. Pero, como ya dije antes, éste no será solamente una defensa del evolucionismo.

Bueno, suficiente para un primer post. Nos vemos en los comentarios.